sábado, 7 de febrero de 2009

El Malbec Argentino gana popularidad.


         El vino argentino conquista el mercado estadounidense.

Normalmente no volveríamos a prestar atención a un tipo de vino tan sólo 18 meses después de una cata a ciegas. Pero estábamos en una fastuosa fiesta de Navidad hace poco, del tipo donde sólo se sirven los vinos de moda, y el tinto era un Malbec de Argentina.


Cuando le mencionamos el vino a otro invitado dijo: "Oh, mi mujer descubrió el Malbec hace poco y ahora no bebe nada más". Luego estábamos en un programa radial y la productora dijo: "El Malbec ha sido el favorito de mi marido desde hace un año". Y algo parecido nos pasó varias veces más.

La explosiva salida al ruedo del Malbec argentino es algo que no se ha experimentado desde la precipitada popularidad del Merlot hace más de una década, y esta es aún más interesante: mientras la principal atracción del Merlot era su suavidad y facilidad de beber, el Malbec es más desafiante, con un sabor más especiado y arriesgado. Pero, ¿cómo está el Malbec 


manejando su reciente fama?

Malbec es una de las uvas clásicas de Burdeos, pero en Francia no se usa mucho. La apuesta de la industria vinícola argentina por esta variedad ha sido compensada con creces: las importaciones de vino argentino a EE.UU. se han multiplicado por ocho desde 1999.

En 2003, los estadounidenses bebían unas 11 botellas de vino australiano por cada botella de vino argentino; en los primeros 11 meses del año pasado, esa cifra era de tres por una.

Argentina se ha convertido en el cuarto mayor exportador de vino a EE.UU. en volumen (después de Italia, Australia y Francia), superando a Alemania, España y Chile en los últimos cinco años.

En el pasado, los vinos que se han vuelto populares de la noche a la mañana han salido perdiendo porque han estimulado la plantación de viñedos en lugares no idóneos, resultando en un vino frecuentemente aguado.

¿Puede el Malbec evitar esa suerte? Compramos 50 botellas de las cosechas de 2006 y 2007, para averiguarlo. La mayoría costaron entre US$10 y US$12.

Digamos primero que hemos sido fans del Malbec por diez años. Estos son vinos sabrosos, interesantes, con notas especiadas y pimentadas, con un punto de mora, buena acidez y un punto final limpio.

En general, nos gustó la mayoría de los vinos, pero dicho esto, es un buen momento para plantear un interrogante, ya que más vinos de lo que esperábamos no nos parecieron muy agradables. Sabían como vino a granel, hechos con frutos pequeños y poco esmero. Muchos también estaban saturados de sabores de vainilla y roble que encubrían el sabor de la fruta. Algunos de estos vinos, además, en lugar de tener la particular acidez fresca, parecían haberse sido rociados con limón concentrado.

Seguimos creyendo que los viñedos argentinos de Malbec son una apuesta segura en su bodega, sobre todo considerando sus precios asequibles. Aunque pediríamos a los productores no matar la gallina de los huevos de oro creando océanos de vino poco auténtico y sin carácter. Los consumidores no son estúpidos. Se darán cuenta, como se han dado cuenta de que un buen Malbec es una de las mejores gangas en vinos tintos del mundo.

lunes, 2 de febrero de 2009

El libro mas caro del mundo.




El libro más caro del mundo tiene un precio de 153 millones de euros y sólo consta de 13 páginas escritas. Su autor, Tomas Alexander Hartmann, presentará al público su obra por última vez en el Art Dubai de marzo de 2009. El precio es tan elevado porque, según Hartmann, ha resuelto las tres cuestiones más importantes de la humanidad en menos de 300 frases.

¿De dónde venimos?, ¿a dónde vamos? ¿cuál es la misión real que todavía está por realizar? Son algunas de las dudas que en tan sólo 13 páginas (supuestamente  ) resuelve Hartmann. Por eso, según él, se justifica un precio tan elevado que ha situado su obra como la más cara de la historia.
Sin embargo, el autor está cansado de los comentarios críticos que ha despertado su libro y, por eso, ha decidido no volver a exponerlo tras la feria de Art Dubai que se celebrará en marzo de 2009.

A pesar del excesivo precio, el libro tiene una apariencia muy sencilla. Hartmann argumenta que el precio de 153 millones de euros se basa en el valor del contenido del libro. No obstante: El libro es supuestamente una obra de arte del artista alemán -realizado por un antiguo proveedor de la corte de un duque de Weimar-. Además, la copia está escrita en la lengua del comprador.

El texto se traducirá finalmente a 150 idiomas y, utilizando una técnica especial, su cubierta se realizará con oro fino. Además, todos los derechos de licencia se asignarán al comprador de la ‘joya’.

Creo que el señor no sabe que existe otra obra: Las Santas Escrituras, que contestan estas y otras interrogantes importantes de la humanidad, y lo que es mejor… está accesible a millones de personas, sin tener que pagar un dineral… 

Buscando al asesino.



Hay un caso, que podría llamarse psicológico, que logro captar mi atención y reformularme varias ideas y principios que tenia en la cabeza.

Una pareja contrae matrimonio, y con el correr del tiempo, desesperanzados en que su relación funcione, deciden tener hijos con el fin de obtener una razón para poder estar juntos.
Como si el fracaso de su unión no bastara, estos oligofrénicos en cuestión, creen que los hijos son una especie de pegamento que los conectara a niveles nunca jamás pensados y transformara su vida de desamor, en un calido hogar.

A medida que el tiempo va avanzando, como era de esperarse, las cosas no mejoran sino que empeoran de manera estrepitosa.
Ahora esta pareja, no solo tiene el problema de estar con alguien a quien no ama, sino que aparte, tienen hijos de los cuales hacerse cargo.

Todo esto lleva a una vorágine enfermiza en las que las reglas de juego de una sociedad normal, mueren de puertas para adentro.

¿Qué quiero decir con esto? Que la pareja es un total fracaso, y resolverla con hijos de por medio, se torna no difícil, sino enfermizo, ya que los chicos deben tolerar todo tipo de violencia, malestar, y principalmente un abandono desmedido.

Este mismo abandono, comienza a sentirse en los niños que no logran conciliar su estilo de vida con el de sus pares.
Ellos no tienen limite, no saben a que hora volver a casa, no deben pedir permiso para ausentarse, no tienen que estudiar, y mucho menos hacerse cargo de su vida.

Durante el periodo en que un niño pasa de ser simplemente un niño a un adolescente, estos chicos comienzan a descubrir un nuevo mundo. Un mundo lleno de responsabilidades, lleno de normas generales, religiones, estudios, trabajos, y todo tipo de cosas que hasta el momento desconocían.

Sus padres, quienes hasta el momento siguen brillando por su ausencia, solo contribuyen a la formación de sus hijos con deformaciones. Claro, ya que le muestran un sentido de la vida totalmente opuesto al general, y los alejan de las principales metas que los seres humanos aspiramos para nuestro futuro.

Obviamente, también como era de esperarse, estos ahora jóvenes, ni se acercan a una facultad, a decidir que hacer con su futuro. Más bien, dedican su tiempo en buscar nuevas maneras de drogarse de corromper la ley, y de seguir viviendo como a ellos se lo enseñaron.

Precisamente de la misma manera en que si trajésemos un león directamente del África para tenerlo de mascota, lo primero que intentaría es comernos, ya que esa fue absolutamente toda su vida.

Mientras los años pasan, y estos jóvenes se convierten en adultos, los problemas comienzan a florecer como si fuesen plantados en la tierra más fértil de la peor familia.
Los padres, asustados, deciden consultar a algún psicólogo con el fin de poder resolver los problemas de sus hijos.

Hacen comparaciones con otras personas de la edad de sus hijos, jactándose que en realidad a la edad que tienen, deberían ya estar encaminados en la vida y no vivir totalmente fuera del sistema.

Obviamente, todo esto es algo nuevo para dichos jóvenes. Es la mismísima analogía del león hecha realidad. El absurdo total.
Los padres, estaban desilusionados y enojados por que el león recién traído del África los quería morder cada vez que salían al jardín. No lograban comprender que no todo puede ser visto desde su punto de vista, y que para que el león no los quiera morder, deberían haberlo intentado amaestrar cuando tenía seis meses, y no cuando ya había aprendido a matar y autoabastecerse.

Lo mas interesante de este caso, no es la locura demencial de los padres, quienes a mi entender deberían estar presos, sino la visión del psicólogo en cuestión.

El psicólogo, toma una pieza de momento, una personalidad inmediata, que es la de un joven de 20 de 25 o de 30 años, y ve que en realidad esta persona no esta capacitada para convivir en el mundo real.

Los padres, condesciendes con el psicólogo y señalando a sus hijos como si fuesen el mismísimo diablo, le transmiten al “profesional” que no pueden mas con estos mounstros. Pero obviamente, exceptuando la parte en la que ellos los fabricaban como tales.

Sin embargo, el psicólogo decide trabajar con los jóvenes, declararlos enfermos, y hasta querer internarlos ya que los considera no solo una amenaza para ellos mismos, sino también para sus padres.

Ahora bien, lo loco que tiene este caso, es que son los padres quienes deberían estar presos, no solo en una institución mental, sino también en un calabozo, puesto que amputar la vida social de alguien, es lo mismo que asesinar.

Pero no, los jóvenes terminan internados, tratados como locos, y considerados problemáticos.
Desde un punto de vista general, es cierto que son problemáticos, desde su propio punto de vista, son lo que los hicieron ser. Para ellos son normales, puesto que no conocen otra cosa.

Por eso yo me pregunto, e intento replantearme si en realidad cada uno es responsable de su vida. Si es cierto que con la madurez llega finalmente la independencia, y el desprendimiento de un joven a adulto.

¿Y que me dicen de estas personas? ¿Son inmaduras? ¿Merecen ser internados? ¿Verdaderamente son responsables de su vida?


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