La medida es un intento por revivir a dos de las automotrices más tradicionales del mundo y es probable que eventualmente le de a Fiat el control de las operaciones de Chrysler, según fuentes al tanto. Bajo los términos del acuerdo, Fiat tiene la opción de incrementar su participación a hasta 55%, dicen.
Fiat, la más fuerte de las dos automotrices, no pondría dinero inmediatamente en Chrysler. En cambio, obtendría su participación principalmente a cambio de cubrir el costo de remodelar una planta de Chrysler para producir uno o más modelos de Fiat para ser vendidos en EE.UU., dicen las fuentes. Fiat también proveería la tecnología de motores y transmisión para ayudar a Chrysler a lanzar autos pequeños con consumo eficiente de combustible.
El acuerdo es la maniobra más reciente por parte del presidente ejecutivo de Fiat, Sergio Marchionne, quien rescató a la compañía italiana del borde del colapso en 2004.
La sociedad le dará a cada compañía economías de escala y alcance geográfico en momentos en que ambas luchan para competir con rivales más grandes como Toyota Motor Corp., Volkswagen AG y la alianza entre Renault SA y Nissan Motor Co.
El año pasado Chrysler vendió dos millones de autos y camionetas en todo el mundo, con casi todas sus ventas en Norteamérica. Fiat vendió 2,5 millones de vehículos y depende demasiado de Europa y particularmente de su mercado natal de Italia.
En un comunicado, el presidente ejecutivo Robert Nardelli dijo que la sociedad "proveería un retorno sobre las inversiones para los contribuyentes estadounidenses al asegurar la viabilidad a largo plazo de las marcas de Chrysler en el mercado, sosteniendo el desarrollo de productos y tecnología para nuestro país y reconstruyendo la confianza del consumidor, a la vez que se preservan trabajos".