Las seis bombas de la estación de bomberos de Syke, Alemania, perecieron bajo la llamas. 250 bomberos no fueron capaces de controlar el incendio que costó cerca de cinco millones de dólares hasta que la pérdida fue total. Delegaciones de ciudades vecinas debieron asistirlos para, finalmente, poder controlar el infierno desatado.
Los investigadores suponen que el origen de las llamas pudo ser eléctrico o bien producto de ejercicios de entrenamiento que se salieron de control. Según explicaron, este incendio es el segundo que se produce en esa estación de bomberos generando pérdidas totales. En 1994 la misma tuvo que ser reconstruida totalmente y también se perdió el equipo completo.
Según un testigo de la localidad "un servicio de bomberos que no puede evitar que su propia estación y sus carros se incendien no inspira justamente mucha confianza".
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